SOBRE LA CONJURA DE LOS SENSATOS (I)

09 de diciembre de 2025 J.C. Sobrepere 1 minuto 10 visitas
Resumen: ¿Existen distintas mentes funcionando en una sola? ¿Cuál es la principal diferencia entre una mente flexible y otra rígida? En el presente manuscrito de reflexiona sobre estas cuestiones de común interés.

Mi conflicto interno parte de una premisa que va contra el principio de no contradicción. Separar en compartimentos estancos ciertos pensamientos fundamentales ayuda a que unas ideas no escapen de su confinamiento y, por tanto, no puedan mezclarse con las de otros compartimentos. Esto dota a mi mente limitada del poder de creer en Dios para, un tiempo después, declararme ateo.

Esto dota a mi pensamiento de gran plasticidad y flexibilidad, abriendo mi mente a todo tipo de posibilidades sin entrar a juzgar de forma definitiva ninguna de ellas.

De hecho, puedo argumentar en un sentido o en otro. Esta concurrencia aparente permite comparar dos tesis y enfrentarlas en el tablero de la mente, desgranando todas sus variantes y posibles celadas. Puedo, por tanto, aceptar el realismo y a continuación abrazar el idealismo, o creer que vivimos en una simulación.

La utilidad de esta metodología psicológica ayuda a no encasillar la mente y dejar en suspenso distintas visiones hasta que nuevos indicios suministren un mayor valor a las mismas.

El resultado es un intelecto plural y rico a pesar de las limitaciones físicas del mismo. Aunque, lamentablemente, existen personas que escogen determinadas plantillas de pensamiento y las rellenan de forma meticulosa con la influencia y los estímulos recibidos, según indica una determinada filiación. A estas personas les cuesta más cambiar de opinión o cambiar la piel del pensamiento y suelen ser, por lo general, los candidatos perfectos para abrazar un integrismo o un fundamentalismo, ya que vinculan su identidad a una determinada plantilla; al carecer de otros compartimentos, someten a la mente a un dogma rígido e inflexible que defiende a capa y espada los principios con los que se identifica.

Curiosamente, estas mentes rígidas son las que mayor certidumbre o seguridad psicológica demuestran, realizando sus acciones bajo un claro compromiso con una plantilla simple pero efectiva que colma la mayor parte de sus necesidades e inquietudes intelectuales.

De hecho, cuando mentes flexibles y menos flexibles se comparan, existe una representación mayoritaria de la inflexibilidad porque el proceso de aprendizaje y educación ha recaído, por lo general, en fuerzas externas que han moldeado o preparado a estas mentes a su imagen y semejanza. Mientras que la flexibilidad se convierte en una rara avis que, por su escasez, resulta más valiosa e incluso generadora de conflictos que sancionan o censuran en buena medida su propia dinámica cambiante en el pensar.

Página 1 / 1
0
0 valoraciones